Nunca
he sido un gran aficionado a la música, no sé explicar la razón pero
simplemente no me atraía. Aunque esto ha cambiado bastante desde que vi Cowboy
Bebop. Su banda sonora me pareció maravillosa además de ser muy variada. Desde
entonces me he aficionado más a la música, sobre todo bandas sonoras, tanto de
series como de películas, me hacen recordar aquellas escenas que me han
transmitido tantas emociones. Hay alguna excepción como Queen, a la cual me
aficioné hace relativamente poco. La verdad es que gracias al anime he
descubierto grupos y compositores japoneses bastante buenos como los Seatbelts
comandados por Yoko Kanno (Cowboy Bebop) o The Pillows (FLCL).
Esto
viene a que hace una semana he visto el anime Beck producido por el gran
estudio Madhouse (Monster, Death Note y The Tatami Galaxy figuran en su larga
lista de series). Resumiendo, el anime nos explica la historia de una banda de
rock poniendo énfasis en Koyuki, que tiene 14 años en el comienzo de todo. A
simple vista no es un anime que parezca muy adecuado para mí, ya que se centra
en la música de la cual no soy muy conocedor además, de que no me suelen atraer
los dramas de instituto. Sin embargo, antes vi Kare Kano, que tiene poco que
ver pero tampoco me parecía demasiado atrayente.
Uno
ve que Beck tiene algo especial nada más ver su opening rockero a tope y con
clara ambientación americana. Incluso la animación me recuerda a series de
animación de los Estados Unidos.
La
apariencia de la serie es bastante adulta aunque como pega podría comentar que
la animación es algo estática pese a que en los conciertos me parece genial. Lo
que menos me cuadra es el aspecto del perro que da nombre al anime y la banda
del protagonista, digamos que es original y me desentona con el ambiente de la
serie. Supongo que ahí está la gracia.
El
comienzo es algo lento pero sirve para ver cómo Koyuki empieza a adentrarse en
el mundo de la música rock a través de Ryusuke. Precisamente con la hermana de
este, Maho, el protagonista tendrá una relación muy especial y que da bastantes
buenos momentos acompañados de canciones, en concreto Moon on the water y
Follow me.
Precisamente,
lo que más me apasiona de la serie son los momentos casi místicos que se
producen con la música. Se dan grandes momentos con la preciosa Moon on the
water y alcanza el clímax con un gran concierto final que me emocionó.
La
banda sonora me parece bastante buena pese a que los temas más cañeros no me
entusiasman demasiado pero, sin duda, muchas de las canciones las escucharé
para rememorar los grandes momentos.
En
la serie también se dan momentazos de humor sin abusar de los tópicos
japoneses. También destaco la historia detrás de la guitarra de Ryusuke, basada
en el gran B.B. King, y las referencias a John Lennon y Freddie Mercury, entre
otros muchos. Además en el último episodio usan canciones de The Pillows, cosa
que me recordó a la loca FLCL.
Como
puntos negativos, tenemos el hecho de que Koyuki es algo idiota en algunos
momentos y se dan disputas con los típicos matones de instituto que me cansaron
un poco. Además, el anime no completa la historia del manga y no se deja ver la gira americana del grupo.
La
verdad es que ahora me están entrando ganas de escuchar más rock después de
apreciar la pasión por la música de los protagonistas.
Nota:
8/10.